¿Has pensado alguna vez, en las barreras que encuentra cada día una persona con movilidad reducida?
Hoy en día vivimos muy deprisa, sin parar atención a los pequeños momentos y mirando hacia otro lado cuando algo no nos interesa.
Porque damos demasiada importancia a las cosas materiales, olvidando que lo más importante somos nosotros mismos. Cada día es un regalo, y tenemos que aprender a vivirlo como único e irrepetible.
Nadie, valoramos lo que tenemos realmente, hasta que lo perdemos.
Un día, consultando la accesibilidad de un espacio para organizar un evento, un hombre muy sabio al que admiro mucho como profesional, me realizó una pregunta que me hizo reflexionar muchas cosas : "¿Puedo ir a cenar a tu casa?"
La respuesta era clara, una persona en silla de ruedas no tiene acceso para venir a mi casa. Nunca me lo había planteado, como seguramente tantas otras cosas que ni imaginamos. Pasear por según que calles, ir a la playa, disfrutar de un día en la montaña...
La sociedad tiene que cambiar, tenemos que ser conscientes de las cosas importantes en la vida, para de esa manera poder ser felices y transmitirles a nuestros hijos una vida con valores.
Yo estoy segura que entre todos podemos hacer muchas cosas.
¿Ya has pensado si una persona en silla de ruedas puede visitar-te en tu casa?
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